sábado, 22 de noviembre de 2014

#SS: Capítulo inédito.

#SemanaSinsajo: Sexto día. 
Hola, mis queridos tributos. Sólo quiero decir: ¡YA ESTÁ LISTO EL CAPÍTULO FINAL!

Sólo me faltan unos cuantos detallitos, pero ya mañana lo publico, y doy por terminada la #SemanaSinsajo, al igual que la historia (aunque aún falta el epílogo, eh, no se preocupen). 
Bueno, hoy os traigo algo especial, porque, como preludio del gran final mañana, les he traído un capítulo inédito, ¿qué quiere decir esto? Un capítulo que escribí y que nunca publiqué.
Verán, cuando inicié la historia, a veces se me ocurrían cosas que pasarían en los  capítulos futuros como diálogos o situaciones que podrían funcionar, así que las escribía y cuando llegaba el momento de publicar ese capítulo, anexaba las cosas que ya estaban escritas.

Este texto que leerán a continuación, fue un capítulo que escribí cuando a penas iba en el Capítulo 4 de mi historia, pero que pensaba que fuera el Capítulo 10 o 11.....
Voy a refrescarles un poco la memoria sobre esos dos capítulos: es el período en el que Peeta tiene su flashback y se va del distrito, dejando a Katniss sola y triste porque ella nunca le pudo decir a él que lo quería.....
Bueno, ¿y si les digo que originalmente Peeta no se tuviera que haber ido?
Tenía tantas ganas de escribir un flashback de Peeta que estaba por seguro que iba a salir en un momento de la historia, pero lo de irse fue completamente improvisado, se los juro.
Pues en este capítulo inédito plantea la opción de que Peeta nunca se fuera cuando ataca a Katniss en uno de sus flashbacks.
La chica en llamas tenía razón en una cosa: si ella le decía que lo quería, Peeta a lo mejor nunca la hubiera dejado.
Eso exactamente relata este escrito.
¿Quieren leerlo?










    * Con las dificultades el amor se hace más fuerte *









La nariz se me había comenzado a congelar.

La bufanda me cubría gran parte de la cara, y el aliento que traspasaba la tela se volvía una nube de humo al ponerse en contacto con el exterior.
Llegué a casa con el frío calándome los huesos, las ansias de entrar se hicieron más grandes al sentir los escalofríos empezar a controlar mi cuerpo. Le quité el seguro a la puerta y me adentré lo más rápido que pude.
Al cerrarla detrás de mí, coloqué mi bufanda y mi chaqueta en el perchero que se encontraba colgado en la pared cercana a la entrada. De inmediato me inundó el cálido calor de la habitación; al olisquear el aire y cerrar los ojos con una sonrisa supe una cosa: Peeta se hallaba horneando.
Caminé a la cocina con una media sonrisa en el rostro; me contenía porque quería mostrarla completamente al ver a mi querido Peeta. Me posé en el umbral....¡Y en efecto! Allí estaba él, de espaldas a mí, con los dos brazos sosteniendo de un costado de la barra de cocina, completamente estirados.
-Huele delicioso ¿Qué has estado haciendo?-pregunté en tono alegre.
Sin embargo.....no recibí respuesta.
Ésto me inquietó un poco.
-¿Peeta...?- un gesto de desconcierto se formó en mi cara, al acercarme noté lo tensos que estaban sus músculos de la espalda y sus nudillos blancos, de apretar con demasiada fuerza la barra. Al volver a pronunciar su nombre observé lo rígido que se ponían sus brazos-....¿Peeta....?
Se volvió tan rápido y tan repentino que me obligó a retroceder con brusquedad; golpeé con una silla y ésta se cayó al suelo, por la fuerza del impacto. Me empezó a doler la espalda baja, en donde había chocado con el mueble. Pero ese dolor era sordo, casi inexistente, porque mi atención se centró en sus ojos.
Miles de sentimientos encontrados surgieron de repente.....me sentía.....tenía......¿Miedo?
Miedo por la expresión dura de sus azules ojos.
-Tú....-escupió él, como si fuera una clase de maldición mencionarme. Me quedé muda, ¿cómo no me había dado cuenta que el que tenía en frente no era él, no era mi dulce y adorado Peeta? El labio me tembló, sin saber que hacer ante esta situación.
-Sí....Peeta, soy yo.....Katniss- murmuré tranquilamente, hablaba al igual que lo haces cuando estás frente de un peligroso animal, que no sabes en qué momento te atacará..... No podía echarme a correr sin más, me alcanzaría en cuestión de tiempo.
-Katniss- musitó; el desprecio de su voz fue una fuerza invisible que me atacó con potencia. Odio, repugnancia, asco......¿Cómo sus ojos podían mostrar perfectamente esos sentimientos?-. Tú.....traidora repugnante, ¿Te gustó, acaso, cuando me torturaban en televisión? ¿Sentiste alguna compasión por mí? Claro que no......tú ya estabas a salvo. Siempre es eso, sólo te importas a ti misma.....-gritó y me señaló con un dedo acusador.
-No....- se me rompió la voz; sé que no debí haber contestado, que debí haberme alejado, pero sus palabras me derrumbaron por dentro.
-¿No?- rió irónicamente- Mentirosa.....Como en la arena...¿Qué te parece tu actuación de tu amor por mí?¿Crees que deberías mejorar en algo? En mi opinión, creo que hiciste que todos  nos la tragáramos completa, más yo.....¡más yo!.....- me espeta.
-No, Peeta, no fue así- digo. Me obligo a dar un paso atrás, más porque quiero escapar de sus acusaciones que llenan de lágrimas los ojos.
- ¡Nunca te importé!- me toma de los hombros y me atrapa entre la pared y él. En defensa propia, mi mano retira, con trabajos, su mano izquierda.
-¡Suéltame!- me suelta una bofetada que me deja paralizada unos segundos-. No me toques- pero mi mano no se aparta.
-Si lo hago me terminarás matando- respondo, lúgubre y fría al mismo tiempo. Lucho contra la suya, mientras su otra mano me aprieta con fuerza el hombro. Trato de apartarlo de mí.....pero tendría que golpearlo si quiero escapar..... y no podría.....no podría hacerle daño sin sentir que me lo hago a mi misma.
-Bueno, es un insignificante precio por todas las vidas que tú cobraste.....¿No crees?- aprieta más su mano y un dolor punzante me recorre todo el brazo. De los labios se me sale un quejido.
-Peeta, escúchame. Soy yo. Tienes razón, no soy alguien que valga la pena salvar, sé todo lo que hice en el pasado, y siempre me siento culpable cuando afronto las consecuencias. Pero así soy yo, y me importas, así que te suplico......sólo mírame, ve mis ojos.....sabrás que no miento- susurré. Esta vez no habló.
Cuando sus ojos se clavaron en los míos, vi mi propia esperanza de volver a ver al Peeta de antes reflejados en esos zafiros refulgentes.
-Por favor....-supliqué-. Por favor.......Vuelve a mí, Peeta.......- mi vista se volvió borrosa, las lágrimas me corrían por la piel. El dolor agudo del hombro tampoco ayudaba mucho.
Hubo unos momento de silencio.....y después todo pasó; al igual como si alguien hubiera encendido un interruptor y la oscuridad no se hallara más. 
Sus ojos recuperaron su chispa de luz habitual, se ablandaron y me miraron sorprendidos. La fuerza que me lastimaba el hombro dejó de existir, y ahora su mano estaba colocada tan suavemente que parecía una caricia.
-Katniss.....- susurró, y la voz se le rompió en la última letra. Se derrumbó sin más, yo caí de rodillas junto con él. Su cabeza se escondió en mi pelo y mis brazos rodeaban su espalda, acariciando sus rizos dorados.
-¿Qué....qué pasó?Yo.... no recuerdo nada....¿qué...hice?- tartamudeó, alterado, con su voz amortiguada por su cara contra mi hombro izquierdo.
-Tranquilo- dije en su oído. Mis labios se pegaron a su cabello y lo atraje más a mí- No pasó nada, tranquilo.
-¿Estás bien? Katniss....- se irguió un poco y tomó mi rostro entre sus manos-. Hay lágrimas en tu cara.....¿qué...?.- se interrumpió; sus pupilas se dilataron y se contrajeron, recordó entonces algo.
-Tu mejilla.....está roja......- apartó la mano y sus dedos recorrieron mi mejilla. 
Entonces se movió rápido y su mano salió disparada hacia mi hombro derecho.....lo quise detener, pero sólo logré que ambas manos chocaran con él.
No pude evitarlo: una mueca de dolor se dibujó en mi expresión y me quejé, una lágrima salía de mi ojo.
Peeta deslizó la manga de la blusa y dejó al descubierto el moratón que contrastaba con mi pálida piel.
Dio un salto hacia atrás, como si hubiera recibido una descarga eléctrica.
-No.....no....- se incorporó, negando con la cabeza. 
Me lanzó una mirada por última vez a los ojos, antes de irse corriendo y desaparecer.
Hasta que no me miró, no me di cuenta que las lágrimas surcaban su rostro también......




Ni siquiera me molesté en cerrar la puerta, porque yo salí corriendo en su búsqueda cuando él se fue.
El frío se sentía más pesado que hace algunos minutos, y odiaba la sensación de correr a todos lados sin llegar a ir a ninguna parte.
Sin encontrarlo realmente.
Casi me rindo cuando entonces vi una cabellera dorada cerca de un gran roble.
Era él.
Estaba sentado en un pedazo de tronco, con la cara entre las manos. Decidí acercarme sin hacer ruido, por si huía de nuevo.
Al estar atrás de él, le toqué el hombro. Peeta saltó, claramente sorprendido, y se incorporó tan rápidamente, que yo di un pequeño salto hacia atrás también....
Cuando vio que era yo, ipso facto se dio la vuelta para irse.
-Aguarda....-le sujeté el brazo para que no se fuera, incluso una punzada me recorrió todo mi brazo, pues en el era el que estaba el moretón, pero no cedí ante el dolor.
Todo lo que me importaba era Peeta.
-Déjame-musitó, pero sin ganas. Todo lo contrario a cuando había tenido el flashback.
-Nadie te culpa por lo que ha pasado....-comencé.
-Yo sí, me culpo a mi mismo.-me interrumpió.
-¿Por qué lo haces?
-Porque pude haberme controlado.....y nada hubiera pasado.
-Qué ridículo eres. Sabes que no puedes controlarte....es algo que te pasa y ya no hay nada que se pueda hacer....
-Entonces, si tú misma sabes bien eso, ¿por qué sigues aquí? ¿por qué yo te conservo a mi lado, si sé muy bien que te pongo en peligro?
Me retó con la mirada a contestar. Yo se la sostenía, pensando en la respuesta.
-Es obvio- dije por fin- que yo necesito tanto de ti como tú de mí. Necesitamos volver a ser el equipo que éramos antes....los que trataban de protegerse el uno al otro.
-Sinceramente, nunca creí que tú quisieras protegerme....-dice, enojado y melancólico a la vez.
En esta ocasión, me duelen tanto las palabras que dijo que en ningún otro momento de la noche.....porque esta vez habla desde el corazón, sin influencia de ningún episodio....
-¿Por qué no creíste eso?-le pregunté.
-Por el teatro de los trágicos amantes del Distrito 12....
-Pero, ¿cómo sabes tú lo que yo he sentido o no? ¡No estás dentro de mi cabeza!
-¡Exactamente, Katniss!-explotó- ¡Yo no te leo la mente para saber lo que estabas pensando!¡Yo no conozco tus sentimientos o intenciones!¿Y esperas a que lo note por mi cuenta sin que tú digas nada? Así que, te repito mi pregunta, ¿por qué sigues aquí?
La verdad de sus declaraciones era tan cierta que me golpeó como las olas del mar golpean a las rocas.
-Tienes razón- concebí, después de un largo silencio-, nunca me he dedicado a decir todo lo que me pasa por la cabeza, y eso aveces ha sido una bendición....o una maldición.
Mi aceptación lo tomó por sorpresa, pues él pensó que yo le iba a contestar con un grito iracundo.
-Por eso, voy a empezar hoy. Y ¿quieres saber por qué sigo aquí? Porque te quiero. Y esa es toda la verdad. No te lo había dicho antes porque me gusta darle vueltas al asunto el lugar de ir al grano. No lo había dicho porque no soy de gritar mi amor a los 4 vientos, como tú dijiste. De hecho, no sólo te quiero: te amo, Peeta Mellark. Tanto como para quedarme a tu lado, a pesar de estos demonios que cargas detrás de ti.....por eso me quedo.
No me había dado cuenta que caminaba hacia a él mientras hablaba hasta que estuve en frente de él.
En cierta manera, el ser sincera, el sacar todo lo guardado desde hace algún tiempo hacía que me sintiera liberada, como si me hubiera quitado un peso de encima.
Peeta aún no se atrevía a hablar, analizaba mis palabras. También mis ojos.
Por fin habló. Suspiró y bajó la mirada.
-Oh...Katniss....de verdad, siento todo lo que dije hace rato. Siento haberte....herido.
Se veía tan arrepentido, que me puse me puntitas para abrazarlo.
-No...no lo sientas....no hay nada de lo cual disculparse....- le dije al oído.
Sentía su respiración sobre mi nuca; era cálida comparada con el crudo frío.
-Katniss...., no quiero lastimarte de nuevo....
-No lo harás, hallaremos algo, de verdad....ahora estamos juntos. Saldremos adelante, porque con las dificultades, el amor se hace más fuerte. Nos hacemos más fuertes nosotros....
Sentí cómo me apretó más contra él, y yo hice lo mismo.
-Katniss....-susurró, de nuevo.
-¿Qué?
-Yo también te amo.
Sonreí, y cuando una pequeña carcajada de felicidad salió por mi boca, se convirtió en humo blanco.
-Me alegra oírlo.






















Tributos, ¿les gustó?
Quiero decirles que le corregí algunas cosas y le agregué otras porque el capítulo estaba incompleto.
Ah, ¿estáis emocionados porque mañana leeréis el "Capítulo 48"?
Espero que les haya sido de su agrado esta entrada, y no olvidéis comentarme aquí abajo qué te pareció el capítulo inédito :3
Les mando muchos saludos y abrazos.
Nos vemos mañana.
Os quiere.












3 comentarios:

  1. Hermoso!! estoy muy triste de que esta historia llegue a su fin, dime por favor que iniciarás otra! Un abrazo desde Costa Rica ;)

    ResponderEliminar
  2. Hermoso hermoso hermoso hermoso. Llevo un montón de entradas en tu blog atrasadas, ¡tengo que leerlas! Bueno he organizado unos premios en el blog y si quieres participar aquí está el enlace: http://ruelaniitadeldistrito11.blogspot.com.es/2014/12/primeros-premios-sweet-district-11.html
    No puedo creer que ya se haya acabado la historia!!!!!!!!!! La voy a echar muchísimo de menos, escribes de maravilla Meena, espero que publiques pronto por aquí
    Besos!

    ResponderEliminar